Por: Nadege Porta
El reporte de DEVIDA es un resumen de las tendencias de prevención y consumo de drogas dentro de la población de estudiantes de Secundaria, compilando datos de 433 colegios de 26 regiones y que sale más o menos cada dos años.
El reporte está dividido en 8 partes, que corresponden cada una a uno de los logros finales del reporte: el aspecto metodológico; los indicadores de consumo; indicadores de prevención; los factores asociados al consumo; la demanda de orientación y tratamiento por consumo; la percepción de las acciones de prevención; evolución del consumo en la población escolar; y reflexiones finales.
En relación a la manera de haber construido el documento, nos damos cuenta que para este opus, el OPD ha decidido incluir tres elementos como principales factores de correlación al problema de drogas, el bullying, el cyberbullying y la adicción al internet. Esos elementos parecen en primer lugar tener una influencia en el comportamiento de riesgo y el consumo de drogas, ya que según el informe, los estudiantes que sufren de bullying tienen una tendencia a consumir más drogas. Sin embargo, el trabajo hecho por DEVIDA falta fuerza al nivel metodológico, ya que no explique suficiente la correlación directa entre los dos elementos y no logra subrayar la importancia de esos datos en el documento.
También es importante saber que en la parte de reflexiones finales del reporte, esos factores de riesgos son casi ausentes. Lamentamos que al final una información que toma un espacio significativo del documento no haya sido valorizado, y aun peor, que no logra demostrar su utilidad. Hubiera sido quizás más interesante seguir el paso del reporte precedente, con indicadores sociales que si han sido probado como teniendo una correlación directa al problema del consumo de drogas.
Otro elemento importante que notamos en el reporte es la excelente noticia de que el consumo de drogas ilegales entre escolares en el último mes haya disminuido de 4,6% en el 2009, a 3,8 en el 2012. Lamentamos que el análisis de este elemento sea ubicado en la última parte del documento, porque nos parece un elemento optimista.
Sin embargo, se revela también que en algunas regiones tal como Cusco, Tacna, Arequipa y el Callao, la tendencia está totalmente al revés. Esto correspondería, según el reporte, a la ruta de salida de las drogas, con una mayor disponibilidad de las substancias, y una presencia importante de los narcos.
Esta información está descrita como una simple hipótesis y falta también mucha substancia, sin lograr ofrecer una argumentación convincente, con correlaciones visibles.
Nos damos cuenta que en el prólogo del documento, un nuevo escenario sur-sur, con una dilución de marcos claros en cuanto al rol de cada país en el tráfico internacional de Drogas. El paradigma país de cultivo, de tránsito, y de consumo, ya no es tan evidente y somos en un mundo de cambios. Esta visión nos parece ser altamente pertinente, que nosotros mismos hemos sido apoyando desde hace mucho y que esta presentada en el “último análisis situacional del narcotráfico de Ameripol, «una perspectiva policial»”[1]. Sin embargo, nos preguntamos porque esta hipótesis no ha sido un poco más desarrollado, y más que todo, porque DEVIDA no lo toma en cuenta en su análisis de las salidas de la droga. Su perspectiva incluye solamente las rutas tradicionales hacia el Sur y hacia Bolivia, con Tacna y Bolivia, y deja atrás los nuevos indicios que han aparecido en la prensa, en los análisis internacionales, y en las observaciones de la policía, con un aumento del tráfico hacia Brasil, por la selva peruana (región Loreto) y por la frontera ecuatoriana en Piura hacia Tumbes.
Es cierto que si nos basamos en este nuevo escenario, será mucho más difícil justificar de manera tan sencilla, y con una visión tan estrecha porque, aunque se observa una disminución general, algunos puntos se encuentran con un aumento tan alto. Un buen análisis generalmente necesita una visión global del problema, una ponderación de los factores de mayor importancia y no puede ser basada en una sola hipótesis de prisa y corriendo. El tamaño de las ciudades y sus perfiles socio-económicos son factores que uno se debe de identificar antes de sacar cualquier conclusión.
Además, las estadísticas nos muestran que no se trata solo de un aumento del consumo de las drogas ilegales, más bien de todas las substancias, lo que nos haría pensar que la correlación más directa seria con la situación socio-económica.
En cuanto a la eficacidad de las acciones de prevención, más bien el documento concluye que han sido eficaces al nivel de las escuelas, ya que el número de consumidores ha disminuido en las regiones que han implementado mayores esfuerzos de campañas en el currículo escolar (61,3% de los alumnos dicen que tienen algún tipo de prevención por este modo), pero falta mucho para lograr una tasa de incidencia satisfactoria al nivel local (solo el 33,9% tiene conocimiento que se realiza campañas para reducir el consumo de drogas). Los datos variaron mucho en cuanto a la región, y al tipo de colegio (privado o público).
Al nivel del acceso a la orientación sobre drogas, el escenario se ubica substantivamente debajo, con un 55,4% de acceso a la orientación, pero con un 36,1 % de satisfacción. Las escuelas privadas muestran un mayor acceso a la información, con una mayor satisfacción.
Podemos concluir que más bien las campañas parecen funcionar, falta mucho para lograr una tasa de incidencia satisfactoria al nivel global. Las hipótesis presentadas por el OPD otra vez fallan en establecer un vínculo claro entre campañas, regiones, tipo de colegio, y cifras de disminución del consumo. En cuanto a la prevención las escuelas públicas parecen lograr una mayor tasa de incidencia, pero en cuanto al acceso a la orientación, las tendencias están invertidas, se hace entonces un poco difícil adherir totalmente a la opinión del informe que las escuelas públicas logran un mejor resultado.
El documento también menciona un problema de tremenda importancia. El reporte presenta estadísticas interesantes sobre el “binge drinking”, que se practica por 200’000 personas entrevistas, que es el hecho de beber alcohol para el puro hecho emborracharse lo más rápidamente posible. Además, el 46,1% de los consumidores de alcohol serian problemáticos. Demuestra igualmente comportamientos llamativos al nivel del uso de medicamentos.
Esos elementos nos parecen tremendamente importantes, porque ilustran el fracaso de las políticas públicas de drogas actuales, en cuanto al uso de todos tipos de substancias, no solamente ilegales. Es un elemento para reconsiderar las substancias como un todo, y no con una sola simbolización de las substancias ilegales.
En conclusión, lamentamos que el informe falle en enfrentar el problema con factores de manera evidente y detallada, y establezca vínculos más fuertes para poder utilizarlos para desarrollar políticas adecuadas, y salte a veces de un punto al otro sin mucha consistencia. También lamentamos que el reporte no haya tomado en cuenta las cifras negras y una margen de error.
Sin embargo, el documento nos ofrece pistas interesantes en cómo mejorar los esfuerzos: fortalecer la prevención en otros sectores que la escuela, de acuerdo a las necesidades y características específicas, temas psicosociales y regiones.